Otro de los pasos importantes que tenemos dentro de la logística es la gestión de stock e inventarios. Es cierto que son muchos esos pasos vitales que van formando una cadena, por eso en este caso no nos podíamos olvidar de ellos, ya que la rentabilidad del negocio va a depender de una buena gestión de los inventarios.
Ya solo por ello, necesitamos saber un poco más sobre dicho proceso. Pero no debes preocuparte porque te vamos a desgranar todo lo que realmente necesitas para descubrir las claves fundamentales de este importante concepto.
¿Qué es la gestión de stock?
Si tenemos que definir la gestión de stock, entonces diremos que se trata de varios procesos en uno solo. Es decir, que no solo se trata de las mercancías que están disponibles para pasar a su venta. Sino que el concepto es un tanto más amplio y abarca desde el aceptar las mercancías, optimizarlas y el control de stock en el almacén, así como ordenarlas y hacer el inventario de la mismas, entre otras tareas similares.
Porque también el darle salida a los productos se considera que está dentro de la gestión de stock. Por lo que podemos hablar de ello como un proceso y no solo como un paso individual. Aunque sea como fuere, es vital en el proceso logístico, tal y como hemos mencionado anteriormente.
Para que la gestión de existencias funcione de una manera correcta, es cierto que debemos remarcar que siempre se hará en función de la empresa. Debido a que esta sea más o menos grande, como también influirá el ritmo de venta y otros factores que harán que el proceso pueda variar ligeramente.
Métodos de gestión de stock y control de existencias
La gestión de stocks y almacenes va a definir por completo conocer las existencias de cada producto, así como sus salidas y entradas, para tener siempre bajo control una buena organización. Si se administra bien todo ello, entonces se optimizarán tanto los costes como el espacio. De ahí que nos preguntemos cuáles son los métodos de gestión de stocks y control de existencias que hay:
- Método LIFO: Este método consiste en dar salida a productos muy recientes. De hecho ya sus letras nos dejan una buena definición del proceso: LIFO – ‘Last in, first out’. Esto se hace con la finalidad de que la mercancía no se almacene durante mucho tiempo.
- Método FIFO: Podemos decir que es la cara contraria a lo que acabamos de mencionar. Porque en este caso se venderán solo los productos que llevan más tiempo o con más antigüedad almacenados. El único inconveniente es que requiere de un espacio mucho más amplio, aunque por otro lado siempre se va a garantizar el stock de los productos.
- Stock bajo demanda: También se le conoce como ‘Just in time’. Pretende que los costes sean mínimos al igual que el inventario. Sí, puede suponer una idea algo arriesgada porque solamente se hace un pedido cuando un cliente así lo ha solicitado. De modo que sí nos podemos quedar sin artículos y en ocasiones no siempre se pueden recibir en tiempos muy ajustados. La gestión de stock de almacén tiene que contar con una buena planificación para actuar de manera consecuente.
- El método A, B y C: Cada letra va unida a unos productos diferenciados. Por ejemplo, la letra A simboliza a todos aquellos productos que son más consumidos, por lo tanto, más importantes. De ahí que el control de stock e inventario siempre tiene que estar optimizado para darles preferencia. La letra B se identifica con los productos de un consumo medio mientras que los de la letra C, son menos consumidos y por lo tanto, no se reponen de una manera tan frecuente como los anteriores.
- Wilson: Es un método de gestión de existencias e inventarios que está destinado para las empresas pequeñas. Ya que estas tienen también menos pedidos. Tienen una técnica que consta de hacer menos pedidos en número, pero sí más cantidad de productos en cada uno de ellos. Tan solo se necesita que tenga una buena organización y como no, supervisión.
- El stock de existencias mínimas: Parece que dentro de la gestión de stock, nos encontramos con uno de los métodos más frecuentes. Los inventarios y almacén siempre cuentan con un mínimo de existencias. Por lo que cada vez que se llegue a ese mínimo, entonces se hará un nuevo pedido. De modo que nunca habrá que hablar de un producto agotado, sino que habrá reservas del mismo. Tener stock en el almacén alejará pérdidas considerables para la empresa.
Objetivos de la gestión del stock e inventario
Reducir costes
Toda gestión de stock tiene una serie de objetivos. Por ello, uno de los más importantes es la reducción de costes. En este caso, un buen control de stock e inventario te dirá si los pasos que estás dando, te ofrecen ventajas o quizás, todo lo contrario. Es decir, puede que la colocación de un producto, su peso o incluso el volumen de sus ventas influya en las ganancias o pérdidas. De ahí que una de las finalidades es poder corregir todo ello para sacar la máxima rentabilidad.
Mejorar las ventas
Por otro lado, otro de los objetivos es hacer una previsión de las ventas, ya que en diferentes temporadas puede que un producto tenga más o menos demanda. Cuando hay una buena gestión en lo anterior, también tendrás más facilidad para llevar a cabo una estrategia de ventas óptima.
Información eficiente
También el departamento de contabilidad necesita de informes detallados con la mejor información. En ella se recogerán los inventarios y su valor. Para llevar un mejor control de todo ello.
Costes de la gestión de stock en un almacén
- Costes de pedido: Lo que cuesta realizar dicho pedido a su propio proveedor. Podemos decir que en este caso se trata de todo el proceso administrativo.
- Coste de adquisición: El precio real que se paga al proveedor.
- Coste de rupturas en el stock: En la gestión de stock e inventarios también nos podemos encontrar con que algún producto se estropee o que directamente nos quedemos sin ellos.
Importancia de la gestión de stocks
Lo venimos comentando, pero aún así, lo vamos a mencionar de nuevo. Porque la importancia en la gestión de stock es evitar la pérdida de productos y como tal, de ventas. Además, se encarga de acortar los tiempos, por lo que el proceso es mucho más rápido y el cliente recibe su pedido sin tanta espera. También es importante porque hace que el trabajo de cada empleado esté más organizado. Como no, es una manera de gestionar todo el proceso por el que pasa la mercancía.